Un viaje de novios,de Emilia Pardo Bazán,Naturalismo a la española

Novela – Narrativa contemporanea – Un adulterio no consumado

Corría aproximadamente el año 1870 cuando Emile Zola expuso sus teorías naturalistas para la novela. Venían a ser éstas una transposición a la narrativa de las ideas científicas contenidas en el Método experimental del doctor Claude Bernard.

Según el escritor francés, la sociedad –como la Ciencia- se halla regida por leyes naturales que condicionan la conducta de las personas. La más importante de ellas es el determinismo, según el cual la herencia biológica y el medio en que viven marcan la vida de los seres humanos. En consecuencia, el novelista debe tratar de influir sobre este medio para mejorar la sociedad, es decir, con fines terapéuticos.

Ayuntamiento de La Coruña, ciudad natal de Emilia Pardo Bazán

Literariamente, el resultado de todo ello es una narrativa de corte realista llevada al extremo. Su carácter documental y científico la obliga a presentar con toda objetividad incluso los aspectos más desagradables –a veces, un tanto macabros- de la sociedad.

Rápidamente, las tesis de Zola se extendieron por toda Europa. En España hallamos su influencia en ciertas obras de Benito Pérez Galdós o de Clarín. Pero, sin duda, quién mejor las estudió y llevó a la práctica fue la gallega Emilia Pardo Bazán (La Coruña, 1851-1921), aunque nunca llegó a los extremos de otros discípulos del francés. De hecho, su adhesión al Naturalismo fue, probablemente, más teórica que práctica. Mujer valiente y avanzada para su época, su carácter polémico la llevó a defender unas tesis con las que, a buen seguro, no estaba del todo de acuerdo o, al menos, le parecían exageradas.

Basta contemplar sus novelas más pretendidamente naturalistas para darse cuenta. Los pazos de Ulloa y La madre Naturaleza muestran, en efecto, la influencia del determinismo biológico y del medio en que viven los personajes. Pero jamás llega a mostrar de modo descarnado esa brutal realidad. Podría decirse que, simplemente, la deja atisbar.

En este sentido, para calificar estas novelas sería más propio hablar de un realismo con tintes naturalistas que de Naturalismo propiamente dicho. A ello debe añadirse que la tradición narrativa española ya había incorporado siglos atrás algunos de los elementos que Zola propugnaba para su teoría. Nos referimos a la novela picaresca.

Un viaje de novios, publicada en 1881 es la primera novela pretendidamente naturalista de Pardo Bazán. Externamente se presenta a medio camino entre la narrativa de costumbres y el libro de viajes. Pero la verdadera sustancia de la obra es lo que le sucede a la protagonista, Lucía.

Ésta se ha casado por conveniencia con un hombre mayor y emprende su viaje de novios hacia Vichy para que el marido tome aguas medicinales. A causa de un accidente, los cónyuges se separan y Lucía continúa viaje en solitario. Entonces conoce a un joven caballero del que se enamora.

Pero nada sucede, la esposa continúa siendo fiel a su marido. Por tanto, el pretendido Naturalismo de la obra queda descafeinado. Podría decirse que se trata de Naturalismo a la española.

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